lunes, 23 de junio de 2008

Cierre del módulo BATA.

Cerrar el módulo BATA es complejo ya que su mirada coral ha abierto puertas que evidencian la reconfiguración política, económica y cultural del planeta. Conviven procesos de estandarización y etnocentrismo en la denominada Aldea Global. El tiempo y el espacio de la vida social se ha transformado y surgen nuevas formas de acción e interacción. Las TIC entendidas como un conjunto de procesos y productos habilitan redes informáticas que interconectan a millones de personas de todo el mundo que comparten información en tiempo real. La información digitalizada reside en el ciberespacio y ha modificado el soporte por excelencia del saber.
En esta nueva sociedad es habitual la confusión entre información y conocimiento. Las TIC han desmaterializado, deslocalizado y globalizado la información. Al situarla en el "ciberespacio" (esa “alucinación consensual formada por todos los bancos de datos de todos los ordenadores del mundo interconectados entre sí” Gibson (1989)) la han liberado de las características de los objetos culturales tradicionales. Negroponte (1995),entiende que hemos pasado de una cultura basada en el átomo a una cultura basada en el bit en donde se experimenta la realidad de manera vicaria.

A partir de los años ´70 se han producido cambios acelerados y vertiginosos en las sociedades contemporáneas asociados a un nuevo modo de desarrollo y a un nuevo modo de configuración de las estructuras sociales, que nos obligan a una readaptación constante en nuestras formas de comunicarnos. Según Manuel Castells dichos cambios se vinculan con la denominada revolución tecnológica de la información, clave para analizar la reestructuración del sistema económico a nivel global a partir de los ´80.

El “informacionalismo” ha sido un neologismo utilizado para categorizar esta reestructuración de los modos de producción de finales del siglo XX, entendiendo que toda sociedad se organiza en torno a relaciones de producción, experiencia y poder. Por consiguiente se trata pensar los espacios societales post-capitalistas como organizaciones de producción y conocimiento reconfigurados, donde la información, la tecnología y el conocimiento se ubican en un lugar de privilegio. Ciertamente hay un dominio y desarrollo de la información, discursos y ambientes mediatizados que precisan ser elaborados, interrelacionados por los sujetos de modo que la información se identifique y se sitúe contextual e históricamente por un sujeto de “conocimiento”. Y es con esta intervención de los sujetos activos que se confiere a la información la categoría de conocimiento.

Estar inmersos en la “sociedad de la información” implica asumir estos cambios sustanciales en la configuración de la sociedad y los sujetos al tiempo que comprender la diversidad de impacto en las culturas e instituciones además de reflexionar sobre cómo son las estrategias que se desarrollan respecto del poder, experiencia y producción -en términos de Castells- que se realizan respecto del acceso y uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación TIC´s.

Los ciudadanos usuarios de estas tecnologías tienden a hacer un uso meramente instrumental e interesa, por el contrario, proponer el desarrollo de prácticas, herramientas y conocimiento que permitan apropiarse de otro modo de las mismas.

Cabe notar además que si bien la influencia de las TIC´s como rasgo es reconocible a nivel mundial, los accesos son locales y los modos de poder, libertad, censura, etc., tienden a variar en su significado en cada país o espacio de interactividad o, en tal caso, a no ser completamente homogéneos. Lo que en términos de lo mencionado anteriormente serían las diferentes dinámicas y estrategias que se desenvuelven en cuento al poder, experiencia y producción de estos recursos y usos del hipermedia.

Esta perspectiva nos lleva a recuperar determinadas relaciones establecidas entre medios y contextos de globalización y, en esta dirección, importa destacar que la globalización llama la atención no sólo sobre la objetividad de las interdependencias cada vez mayores, sino también, abre y configura el horizonte mundial en la producción transcultural de mundos significativos y de símbolos culturales. Un mundo en donde lo local y lo global no se excluyen mutuamente, sino que lo local debe entenderse como un aspecto de lo global. U. Beck, recupera a Roland Robertson cuando propone sustituir el concepto de globalización cultural por el neologismo de “glocalización” conformado por los términos globalización y localización. Dicho concepto expresa que la cultura local no puede entenderse estáticamente sino sólo como un proceso contingente y dialéctico en cuya misma unidad se aprecian y descifran elementos contradictorios.
En primer lugar, el ritmo de cambio de nuestra sociedad es tan rápido que los sistemas de formación inicial no pueden dar respuesta a todas las necesidades presentes y futuras de la sociedad. Hace años que somos conscientes de que la formación debe prolongarse durante toda la vida y que el reciclaje y la formación continuada son elementos clave en una sociedad desarrollada y moderna. Sin embargo, los importantes cambios que las nuevas tecnologías están introduciendo en los puestos de trabajo han hecho este principio mucho más evidente que antes. Se están creando nuevos sectores productivos relacionados con dichas tecnologías, otros se transforman por la introducción de nuevas formas de organización y, finalmente, es posible que desaparezcan muchos puestos de trabajo como subproducto de la revolución tecnológica. Por eso, en la sociedad de la información deberán crearse los mecanismos necesarios para que dicha formación continuada alcance a la gran cantidad de personas que, presumiblemente, van a necesitar nuevos conocimientos, habilidades y destrezas. En este punto, las nuevas tecnologías tienen un papel relevante, no solo como contenido de la formación, sino como medio para hacer llegar dicha formación a sus destinatarios.
Uno de los peligros de la sociedad de la información que destacan los expertos es el hecho de dejar el desarrollo de las acciones formativas a la iniciativa privada y a las leyes del mercado. No existe ninguna garantía de que sin intervención de los poderes públicos se proporcione la necesaria formación a los grupos que más la necesitan, sólo a quien pueda pagarla. En diversos informes se habla del peligro de una nueva fuente de discriminación, de una división entre "inforicos" e "infopobres". Nuestra sociedad considera la información una mercancía más, sujeta a las leyes del mercado. Los poderes públicos deben garantizar el acceso de todos a la información y a la formación necesarias para ser unos ciudadanos críticos y responsables. Ya poseemos un conjunto de ideas sobre el papel de la escuela pública como elemento fundamental en la garantía del derecho a la educación y a una educación democrática. Parece evidente que el acceso a la formación a través de las nuevas tecnologías debe ser objeto de un tratamiento similar. Los países más avanzados están realizando esfuerzos importantes a fin de alfabetizar a los niños y jóvenes en estas herramientas, porque consideran que ya son un factor clave para su capacitación profesional, su desarrollo personal y, en conjunto, para la economía y el futuro del país.
Las TIC no sólo van a incorporarse a la formación como contenidos a aprender o como destrezas a adquirir. Serán utilizadas de modo creciente como medio de comunicación al servicio de la formación, es decir, como entornos a través de los cuales tendrán lugar procesos de enseñanza/aprendizaje. Las aulas virtuales, la educación en línea, a través de redes informáticas, es una forma emergente de proporcionar conocimientos y habilidades a amplios sectores de la población. Los sistemas asíncronos de comunicación mediada por ordenador proporcionarán la flexibilidad temporal necesaria a las actividades para que puedan acceder a la formación aquellas personas con dificultades para asistir regularmente a las instituciones educativas presenciales debido a sus obligaciones laborales, familiares o personales. La desaparición del espacio físico en estas nuevas modalidades de formación creará un mercado global en el que las instituciones educativas tradicionales competirán entre sí y con nuevas iniciativas formativas públicas y privadas.

Bibliografía:
CASTELLS MANUEL. La era de la información.1998:. Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura. Siglo XXI. México.

Cobo Romaní, Cristóbal;Pardo Kuklinski, Hugo. 2007. Planeta Web 2.0. Inteligencia colectivao medios fast food. Grup de Recerca d'Interaccions Digitals, Universitat de Vic.
Flacso México. Barcelona / México DF.
E-book de acceso gratuito.
Versión 0.1 / Septiembre de 2007ISBN 978-84-934995-8-7

NEGROPONTE NICHOLAS. Ser Digital. 1995: Editorial Atlántida, Buenos Aires.
Levy Pierre: Cibercultura. 2001. Dolmen. Chile.
PEDREGAL NICOLÁS, TARASOW FABIO 2005: Tecnologías de la información y la comunicación. Editorial Stella, Buenos Aires.

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